Cómo respiran las sirenas cuando tienen ganas de llorar
Me vais a llamar ruinas a mí si me he reconstruido tantas veces que no quedan ni cenizas. Que me empecé de cero una vez, y otra, y otra, siempre desde el tejado y fuí capaz de tirarme de cabeza a un mar vacío sin haber aprendido a nadar antes -no se permite flotador, aquí ya estamos todos muertos-. Volved a llamarme loca y regaladme una soga por mi cumpleaños, -pedidle mi padre que me diga que no me ahorque-. Si quiero hijos pariré versos en casa no voy a dejar que crezcan en una carne como la que se comió a su madre. la leche ya no sabe a leche nos dormimos en los mataderos y se nos escaparon las vacas, mala suerte la que nos persigue, habrá que comerse las moscas.