Tac, tac, tac

He dejado de escribir desde que tengo tanto que decir.

Acumulo llantos y me recuerdo a otro animal:
he dejado de ser felino para convertirme en pájaro de corazón abierto
-de arriba a abajo-
-de fuera hacia dentro.-

Me explico:

Escribo versos sobre tierra y barro y sangre y aire y.

Aquí nada tiene sentido y yo me muero de frío.

He conocido a extraños que me vomitan chuches
y yo no sé dar las gracias 
pero me limo las uñas para no raspar cuando las saco de la boca.

Que me corté una mano por miedo a que no me la agarrasen nunca
-o a que lo hiciesen de verdad-

Nunca digo te quiero, 
pero

Entro en pánico.

Me he tragado todos los dientes de leche antes de desmayarme.

Tengo sed.

Estoy rota, no vas a poder jugar.

Me sangra.
Qué me sangra.

Tengo los labios en carne muerta.

Me duele la lengua.

Veo películas para niños de diez 

No me toques.

No sé qué estás haciendo.

Pataleo como una de ocho.

Estoy 

b

i

e

n

.

Me limpio los ojos con las manos sucias y sacudo las rodillas.

Otra vez tierra otra vez barro otra vez hueso otra vez.

Estoy evolucionando.

Cuánto llevo tirada en el suelo.

Me recompongo.

Rompo 
     corto 
         muerdo 
               agarro.

No.

Por qué no.

Por qué no qué.

Y yo ahora 
qué.

Quiero hacer lo correcto:

Niego. 

Otra vez no sé.

Me estoy ahogando pero.

Me falta aire pero.

Esto es por mí 
pero.

Me presiona el pecho.

Yo ya cuándo sé.
Dejo los poemas a medias
recito bajito para multitudes grandes

Me duelen los ovarios
         lacabezalospulmoneslasmanos 
         y hasta las uñas de los pies.

Me duele escribir varias veces qué me duele.

Pero me duele.

Me están comiendo las larvas.

Acaricio.


Nunca he dejado de ser alimento.

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