Cómo respiran las sirenas cuando tienen ganas de llorar

Me vais a llamar ruinas a mí
si me he reconstruido tantas veces
que no quedan ni cenizas.

Que me empecé de cero una vez,
y otra,
y otra,
siempre desde el tejado

y fuí capaz de tirarme de cabeza a un mar vacío
sin haber aprendido a nadar antes
-no se permite flotador, aquí ya estamos todos muertos-.

Volved a llamarme loca y regaladme una soga por mi cumpleaños,
-pedidle mi padre que me diga que no me ahorque-.

Si quiero hijos pariré versos en casa
no voy a dejar que crezcan en una carne como la que se comió a su madre.

la leche ya no sabe a leche
nos dormimos en los mataderos y se nos escaparon las vacas,
mala suerte la que nos persigue,

habrá que comerse las moscas.




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