Entradas

Autodiagnóstico

Escribir siempre ha sido tan fácil  como vomitar sobre las teclas de todos mis dispositivos. Más sencillo que escribir un mensaje que reconocer mi ansiedad que reconocer mi hambre. Mi pequeñita carrera ha consistido  en dejar los dedos y el corazón en automático  para luego revisar corregir estudiar, para después preguntarme quién va a limpiar toda esta sangre quién a mis veinticinco años va a recoger este desastre darme la mano, entender que en cada poema se me desprende un trocito de alma al que tengo que guardarle luto  y esperar otro año a que vuelva a crecer Cada vez que escribo me reinvento, me convierto en animal, en bosque, en niña, Y me asusto. [Según dije, prometí seguir haciéndolo] todo aquí ha sido un proceso tan sencillo, claro y corto que lo he ido abandonando tanto hasta no reconocer a mis hijos como propios

Distancia de seguridad

Intento no llevarme las manos a la boca Lavarme la cara con mucho jabón Alejarme los dedos de los ojos. "No pasa nada porque esto es cosa de otros" "No pasa nada porque yo desinfecto" "No pasa nada porque usamos mascarilla" No pasa nada hasta que llega No pasa nada hasta que mata No pasa nada hasta que arrasa                                        muta                                        cambia Todo lo malo me sigue oliendo a podrido Todo lo malo es persistente y asusta La familia cambia y se hace pequeñita el corazón crece Mi soledad no es mía La amistad es terrorífica Todo lo bueno me asusta Nunca una aguja me había tranquilizado tanto.

Carne y sol

¿Es el sexo lo más íntimo? No lo es acaso llevarte a la boca todo tipo de alimento, sin vergüenza más que ver desnudo un cuerpo, que sentir la cercanía del útero Poder abrir la nevera sin esperar que no suenen las bisagras cocinar para otro comer dos platos usar mantequilla y sal hervir pasta para cenar Cómo de íntimo es desabrochar un pantalón, abrir desde abajo una camisa frotarse las manos con lavaplatos y un paño húmedo después de quitar la grasa que se ha quedado fuera                                                                         sobre la superficie No sientes más valioso dejar que me veas comer que mirar un trozo de piel desnuda ver cómo mis dientes mastican de la misma forma que muerden tu pecho que sonríen y ayudan a vocalizar todo  el       ...

Sub rosa

Aún no he parado de sangrar. Bombea el corazón, el hígado, el útero Explosión. Desgarro en la aorta. Qué cojones pasa ahora. Sístole diástole. Cuántas veces tengo que decir que tengo las uñas rotas. No me quieras nunca. ¿Necesitas ayuda? No voy a darte lo que me negaste. Ojalá no vuelvas. Por favor, no vuelvas. Ojalá nunca nadie te haga gritar tan fuerte que se oiga mi voz. ¿Eres feliz? Me alegro de que te vayas bien. No puedo vivir así no quiero no te. Hasta aquí. ¿Imprescindible yo? Pequeña nube de algodón, regurgito aún las chucherías que no me comí hace tres años. Qué me vas a contar a mí: estoy cansada de dormir, tengo sed de tanto ahogarme. Estoy a punto de caerme por tener miedo a volar; y eso que mis alas son las más bonitas del mundo. No finjas que me has salvado la vida cuando siempre apostaste por verme morir. Me juego tu parte suicida. Espero que hayas disfrutado, yo ba...

Tac, tac, tac

He dejado de escribir desde que tengo tanto que decir. Acum ulo llantos y me recuerdo a otro animal: he dejado de ser felino para convertirme en pájaro de corazón abierto -de arriba a ab ajo- -de fuera hacia dentro.- Me explico: Escribo versos sobre tierra y barro y sangre y aire y. Aquí nada tiene sentido y yo me muero de frío. He conocido a extraños que me vomitan chuches y yo no sé dar las gracias  pero me limo las uñas  para no raspar cuando las saco de la boca. Que me corté una mano por miedo a que no me l...

Ocres

Hay veces en las que me siento árbol. Me crujen las ramas, se me caen las hojas, soy refugio de una familia de ardillas que busca huecos vacíos. Lloro un líquido viscoso. Soy sombra y alimento -he echado raíces.- Hay veces en las que me siento tierra fértil  tierra mojada con olor a lluvia de abril. Hay veces en las que me siento bosque un señor sostiene una cerilla siento la estampida y. -Hay veces en las que no soy yo la que arde- Gritas. Me estoy convirtiendo en folio.

Anatomi

Tengo cinco dedos en cada mano. Catorce falanges que atraviesan piel, músculo y hueso en busca de un corazón  que dices tener a gritos. Catorce falanges punzantes que deshacen las sogas  que nos ataron al mar -una por cada letra-. Tengo las uñas rotas de cavar nuestra propia tumba para desenterrar luego el cadáver tantas veces que hasta empiezan a faltarnos partes. Sigo teniendo las muñecas rotas  cubiertas de heridas por un reloj que marca la primavera. No vuelvas a decirme que no me mueva tanto. Mi pecho intenta convencerme de que todo el mundo sufre, pero tengo los pulmones encharcados de recuerdos y aquí una tirita sólo serviría para mantenerlos dentro. Sale la sangre a borbotones una vez al mes para llorar por todo lo que habíamos creado. Te eché de menos  hasta que mi vientre decidió vomitar larvas y morir de hambre porque estaba demasiado harto de tener revoloteando a tanto gusano alado. Para qué ta...