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Qué coño me vas a contar a mí de lo mucho que me conoces si nunca me has oído reír cansada, ni me has mirado con esos ojos que te dicen "lo tengo todo delante y mi sangre va a dejar de correr por las manos si estas no pueden tocarte". Es que en ninguna vida te he besado con la excusa de la inercia o la presión que me ejerce la gravedad en la espalda y me aplasta los huesos esperando que reaccione mandándola a la mierda resolviendo la ecuación de tu mandibulacuello
y mi-cuello-mi-cara
y tus ojos
los lab
-nuncahesidobuenaconlasmatemáticas-.

Cuándo fue la última vez que recitaste mis versos y te aprendiste esas verdades abrazadas por todas tus mentiras si ya ni siquiera recuerdas como suena tu nombre chocando contra mi saliva.

Conociste mis largos dedos fríos metidos en la garganta intentando deshacer los nudos
 y no alcanzaba
y no alcanzaban a los pulmones donde me plantasteis
 un jardín de margaritas
 por todo aquél que quiso hacerme tragar cristales para matar las crisálidas nacidas en el estómago.
Que me habéis creado entre todos un ecosistema precioso
y tú tienes en el tuyo un matadero lleno de cerdos 
y ni te enteras. 
                                                   Para que luego me pregunten
que por qué no he vuelto a comer carne.

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