Escribir siempre ha sido tan fácil como vomitar sobre las teclas de todos mis dispositivos. Más sencillo que escribir un mensaje que reconocer mi ansiedad que reconocer mi hambre. Mi pequeñita carrera ha consistido en dejar los dedos y el corazón en automático para luego revisar corregir estudiar, para después preguntarme quién va a limpiar toda esta sangre quién a mis veinticinco años va a recoger este desastre darme la mano, entender que en cada poema se me desprende un trocito de alma al que tengo que guardarle luto y esperar otro año a que vuelva a crecer Cada vez que escribo me reinvento, me convierto en animal, en bosque, en niña, Y me asusto. [Según dije, prometí seguir haciéndolo] todo aquí ha sido un proceso tan sencillo, claro y corto que lo he ido abandonando tanto hasta no reconocer a mis hijos como propios
He dejado de escribir desde que tengo tanto que decir. Acum ulo llantos y me recuerdo a otro animal: he dejado de ser felino para convertirme en pájaro de corazón abierto -de arriba a ab ajo- -de fuera hacia dentro.- Me explico: Escribo versos sobre tierra y barro y sangre y aire y. Aquí nada tiene sentido y yo me muero de frío. He conocido a extraños que me vomitan chuches y yo no sé dar las gracias pero me limo las uñas para no raspar cuando las saco de la boca. Que me corté una mano por miedo a que no me l...
Intento no llevarme las manos a la boca Lavarme la cara con mucho jabón Alejarme los dedos de los ojos. "No pasa nada porque esto es cosa de otros" "No pasa nada porque yo desinfecto" "No pasa nada porque usamos mascarilla" No pasa nada hasta que llega No pasa nada hasta que mata No pasa nada hasta que arrasa muta cambia Todo lo malo me sigue oliendo a podrido Todo lo malo es persistente y asusta La familia cambia y se hace pequeñita el corazón crece Mi soledad no es mía La amistad es terrorífica Todo lo bueno me asusta Nunca una aguja me había tranquilizado tanto.
Comentarios
Publicar un comentario